Para
cada docente con vocación no es un secreto que cada niño es un mundo, y
un mundo especial, el cual debe de ser tratado con cariño, recordando
que la base de todo es el amor que transmitimos, que cada niño nos
recordara por el trato mas que por el contenido brindado, por ello es
necesario hacer las clases mas amenas y con ello crear un ambiente
agradable de aprendizaje, donde el niño o niña se sienta amado, y sobre
todo capaz de realizar cambios en su conducta entre otros.
¡Nunca dejemos de ser la luz para esos niños, seamos el motivo por el cual ellos asistan a nuestras clases!
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